Una maternidad con propósito es aquella que se ejecuta conscientemente, busca criar con amor, respeto y de la manera más positiva posible, una madre que materna con propósito suele estar abierta al aprendizaje, la formación y el crecimiento.
“Amar, sanar y crecer quien eres para ser y criar el hijo que quieres”.
Pero no es tan fácil mantener ese enfoque de llevar una maternidad con propósito. Sabemos que no solo somos madres, sino que solemos tener muchas cosas en el plato, por lo que a continuación te brindo 7 ideas que te pueden ayudar a mantener tu enfoque de maternar positivamente aun en medio de los afanes del día a día.
1. Organiza tu día:
Que cada día tenga un propósito, un fin, una intención u objetivo que cumplir.
En una maternidad con propósito lo ideal es que sepas el tiempo que le dedicarás a cada tarea, a cada área de tu vida en la cotidianidad. Separa el tiempo que le vas a dedicar a cada actividad, a ti, a la familia, al hogar, al trabajo, al emprendimiento, etc.
Acciones como:
- Realizar un check list
- Agendar tus actividades o
- Realizar bloqueos de agenda
Para hacer lo que tienes que hacer en el día, puede hacer la gran diferencia en tu vida y maternidad, para que le dediques a cada tarea el tiempo que amerita.
2. No te compares:
Cada quien tiene su forma de criar y educar, su forma de llevar la maternidad y su vida en sentido general. Sí, te vas a comparar con alguien que sea con tu versión de ayer. No creas todo lo que ves en las redes o al menos sé consciente de que en redes no se ve todo lo que hay detrás de cámara.
Implementa tu estilo de crianza, integra lo que te funciona a ti y a tu familia, no te midas con hábitos y ni relojes ajenos. ¡Es tu maternidad con propósito, no la de nadie más!
3. Reconoce que cada día trae su afán:
En una maternidad con propósito cada día es diferente y por ende los resultados también.
Hay un día donde podrás con todo y otros en los que no y no pasa nada.
Un día serás una excelente madre y una empleada o emprendedora promedio, al siguiente viceversa. Otros serás una excelente ser humano con los que te rodean o una excelente esposa y así… En fin, tú solo da lo mejor de ti siempre y disfruta del proceso.
4. Perdona y perdónate:
Si deseas una maternidad con propósito, entiende que las cosas no siempre saldrán como lo planeaste o como esperabas y no por eso significa que están del todo mal, no te culpes ni culpes a otros cuando las cosas no salen como esperas, toma el aprendizaje y sigue.
Es importante que sanes las heridas del pasado; hablo de las heridas de tu infancia, esa que te hacen repetir patrones indeseados, como también de la culpa que te genera el no poder lograr todo lo que quieres en tu maternidad hoy, ambos te cargan y no te dejan seguir ligera de equipaje. Trabaja en ellas y será más fácil continuar.
“Sana quien eres y cría el hijo que quieres” NS.
5. Apóyate en otros:
Una maternidad con propósito no se sostiene sola.
Crea y sopórtate en una red de apoyo o tribu.
Empezando por papá, siguiendo por los abuelos, tíos, padrinos, etc. No te tires la carga tu sola, por querer ser una súper mamá, ¡ya lo eres! no tienes que demostrarle nada a nadie!
Entonces sí tienes la bendición de tener una red de apoyo, déjate acompañar. Si estás lejos de tus familiares, también se puede crear red de apoyo, sé asertiva en la búsqueda de la misma y ten a mano algún plan de contingencia ante emergencia, pero recuerda: no tienes que poder con todo sola.
“Se necesita una tribu completa para educar a un niño”. Proverbio africano.
6. Ten espacios de auto amor y cuidado:
En medio de la cotidianidad pasa tiempo contigo y haciendo cosas que ames. Sí tu no estás bien, tu hijo ni tu familia tampoco lo estarán (sí, lo sé es un cliché, pero es así). Tu bienestar es directamente proporcional a la capacidad de generar felicidad a los que te rodean. Es importante que tú estés bien, que se salvaguarde tu bienestar y así poder otorgar felicidad a tus hijos y a los demás que te rodean.
Madre sana=hijo sano * Madre feliz = hijo feliz
Ocúpate de ti y te estarás ocupando de ellos.
No es loable ser una madre sufrida y que se olvidó de sí misma, desgastó su vida en sus hijos y luego cuando los hijos se van se convierte en un ser amargado porque dio todo y se quedó sin nada. un proceso sano es donde ambos (madre e hijo) salen victoriosos.
Es mejor ir en búsqueda de equilibrio y balance constante. Recuerda que los hijos vuelan (o al menos deberían hacerlo) haz lo mejor por ti y por ellos para que tanto tú como ellos puedan seguir sus vidas cuando tú no estés.
7. Disfrútalo, disfrútalo, disfrútalo:
Por favor, por favor, por favor… haz que sea divertido. Involúcrate de verdad con tu hijo, crea momentos de conexión reales y haz todo desde el amor.
Puedes empezar con pequeños cambios como sustituir la palabra “debo jugar con mi hijo” por “deseo jugar con mi hijo” no es lo mismo, el lenguaje con el que te comunicas hacia ti misma es distinto, le estarás enviando a tu cerebro un mensaje totalmente diferente, pasas de la obligatoriedad al placer. Esto también se entrena.